El Real Madrid firmó una primera parte completa. Dominó al rival,
llevó el peso del encuentro y generó las mejores ocasiones de gol. Casi
todo bajo la batuta de Tony Kroos. El alemán llevó las riendas del
equipo en ausencia del sancionado Xabi Alonso y su trabajó resultó
sobresaliente. Se vislumbra una bonita pelea por el puesto de medio
centro y me temo que el alemán cuenta con cierta ventaja a día de hoy.
Salvo los primeros diez minutos, el equipo de Ancelotti entendió
mejor lo que estaba sucediendo en el terreno de juego mientras que el
Sevilla se dedicó a pertrecharse en su campo a la espera de enganachar
un buen contragolpe. Una elección sin fruto.
Con la predisposición de sacar el paraguas a la espera de que escampe
es muy difícil aguantar un aguacero. Fazio sacó bajo palos un centro de
Coentrao y Beto salvó un mano a mano con Cristiano Ronaldo… Hasta que
el portugués enganchó un buen centro de Bale desde la izquierda. Gol. Y
primera piedra para levantar el trofeo. El Sevilla no encontró la manera
de meterle mano al Madrid y la mejor ocasión llegó en un mal despeje de
James. Carriço se vio ante Casillas pero el portero salvo el empate.
Una parada que sirve para alimentar un debate que seguira cadente a lo
largo de la temporada.
Pocas más noticias hubo del Sevilla en ataque. Beto tuvo más trabajo y
momentos de desesperación con su defensa, incapaz de achicar todas las
vías agua que abría el Madrid. En una de ellas llegó el segundo tanto.
También con la firma de CR en otra buena jugada de ataque de los
blancos, con pase de Benzema. Fue la puntilla para el equipo de Emery,
que no puso en apuros a Casillas después del descanso.
El resto de minutos fue empleado por los técnicos para mover el
banquillo y repartir minutos porque el Real Madrid era demasiado rival
para un Sevilla que se vio en todo momento superado. El Madrid fue justo
vencedor y se apunta el primer título de la temporada, aunque sea un
triunfo menor.
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